Resulta que las Caperucitas de hoy en día, esas niñas que aman a los perros y las plantas, aman también a los pájaros. Sí, sí. Y los acogen como a uno más de la familia cuando son bebés, y les colocan una lucecita especial en su nido para que estén calentitos, y les ponen nombre, y les cantan para que se duerman, y se levantan a media noche para darles papilla. Y luego, cuando crecen, juegan con ellos, se preocupan de descubrir las preferencias particulares de cada uno, les rascan bajo las plumitas, les enseñan a hablar y les hacen todo tipo de mimos. Y ellos a cambio le dan mucho, muchísimo cariño, y juntos se lo pasan fenomenal. . Y es que el amor es un regalo, que a veces viene envuelto en papel brillante con lazo encima, en un tierno abrazo, o como en este caso, en preciosas plumas de colorines. Y las Caperucitas de hoy en día, que además de generosas, guapas e inteligentes son muy sensibles, lo saben. Y saben que el cariño entre los seres vivos, ya sean personas o animales, es de las cosas más bonitas e importantes del mundo. . ¡Ah, y también les leen los libros de Daniela Malospelos, que veo la colección entera en una de las fotos, detrás! . ¡Ay... nunca dejaré de sorprenderme! ¡Y es que ser una Caperucita Roja, hoy en día, es genial!
Soy una chica divertida, rebelde, ecologista, a la que le gustan los animales y la tecnología. Vivo con Sebastián, el mayordomo que se ocupa de mí cuando mis padres viajan, frente a un inmenso parque. Y es allí donde junto a Nico, un fanático de los tebeos, Trufo, mi intrépido perro, y un montón de mascotas más, me meto en todo tipo de emocionantes aventuras en las que salvo delfines, crías de ballena azul, rescato a los peces del lago y otras muchas que puedes ver en: www.danielamalospelos.com
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